Frente al pabellón de Carlos I se sitúa el cenador del León, un bellísimo casino manierista frente al cual se dispone una alberca que, en tiempos pretéritos, estaba alimentada por un pozo con noria que permitía el riego de las huertas que aquí se situaban. Alrededor de dicho complejo, donde antiguamente emergían las aguas, hoy surgen preciosas y voluptuosas especies de gran porte como el ombú, el palo de borracho o el bambú que, a su manera, continúan haciendo brotar el agua hacia lo alto…